viernes, 26 de septiembre de 2014

Guerra Del Pacífico 

Introducción

La guerra del Pacifico se produjo en el Desierto de Atacama, entre los años 1879 y 1883. En esta guerra participaron los países  de Perú, Bolivia y Chile.
Machismos años de paz aun no logran borrar definitivamente las cicatrices de esta guerra. El Clarín de guerra sonó en los pueblos, ciudades y caseríos de tres Patrias- Chile, Perú y Bolivia- Llamando a sus hijos a reconocer cuartel. Miles de campesinos, mineros y ciudadanos se transformaron en soldados para escribir con su sangre derramada, gloriosas paginas de historia.
Fue una sangrienta lucha en que Por mas de 4 años se puso a prueba la fuerza de los pueblos y el valor, la nobleza e hidalguía de soldados y marinos- especialmente de Chilenos y Peruanos, que se fundieron con el mismo ímpetu para lograr el triunfo. 
Hombres de destacada participación por su valentía mostrada en los tiempos difíciles fueron Francisco Bologneci, Andrés Cáceres, Miguel Grau, Arturo Prat, Ignacio Carrera Pinto, Pedro Lagos, Eleuterio Ramírez, el gran presidente Baquedano... y muchos más. Estas personas fueron admiradas por su patriotismo y decisión, fueron un homenaje a la paz y hermandad entre los pueblos, que buscan en la colaboración y la armonía las armas del progreso y de un común bienestar. Tantos años nos separan cada día más de estos gestos heroicos y los pueblos que heredaron sus glorias, que en forma tan heroica devolvieron la paz a Chile.
Las Causas De La Guerra Del Pacifico a)     Defectuosa delimitación fronteriza, entre las repúblicas de Chile y Bolivia.
b)    Difícil situación económica de las repúblicas de Bolivia y Perú.
c)     Explotación de riquezas por capitales Chilenos, en la zona cuyos limites no estaban bien precisados.
d)    Incumplimiento, por parte de Bolivia del tratado chileno-boliviano de 1874.
e)     Aspiraciones hegemonías de Perú en la región del pacifico sur.
f)   Confiscación de los bienes de las compañías mineras chilenas y remates de las      salitreras ordenado por el presidente de Bolivia general Hilarion Daza.
En ese entonces -1879-, la frontera de Chile llegaba hasta Tarapacá, por lo cual Antofagasta formaba parte del territorio boliviano. Más al norte, Arica e Iquique eran parte del Perú. A pesar de todo esto, la riqueza salitrera que cubría el suelo antofagastino era explotada por capitales extranjeros, fundamentalmente chilenos.
Precisamente un año antes que comenzara la Guerra del Pacífico el presidente boliviano Hiliarón Daza había impuesto a la mayor productora de salitre, la firma chilena Compañía de Salitres y Ferrocarriles Antofagasta, un impuesto de diez centavos de peso boliviano por cada quintal embarcado del producto. Con ello, no sólo quebrantaba los tratados firmados con Chile en 1866 y 1874, sino que  demostraba claramente no querer buscar acuerdos pacíficos a los problemas presentes.
Inútilmente la cancillería chilena reclamó lo ilegal del acto boliviano, exigiendo el cumplimiento del tratado de 1874, en el cual Bolivia se había comprometido a no aumentar, durante 25 años los impuestos a "las personas, industrias y capitales chilenos que trabajasen entre los paralelos 23º y 24º".
Chile hizo ver que el cobro de ese impuesto implicaba la ruptura del tratado y que, por lo mismo, ellos podrían hacer valer sus antiguas reclamaciones territoriales. Estas consistían en que la frontera de Chile y Perú se había establecido en el río Loa (23º de latitud sur). Cuando se creo Bolivia, sus gobernantes estimaron conveniente tener salida al mar por lo que se establecieron en Cobija, territorio indiscutiblemente chileno, sin embargo Chile se mantuvo indiferente. Al descubrirse grandes reservas de guano y minas de oro plata y cobre; ante este hecho, Bolivia declaró tener posesión sobre toda la región hasta el paralelo 26º de Lat. sur. La empresa nacional, apoyada por el gobierno chileno, se negó a pagar el tributo que consideraba completamente ilegal. Sin embargo, el gobierno boliviano, que estaba decidido a seguir adelante, ordenó el remate de la compañía salitrera.
De esta forma, llegó el 14 de febrero de 1879, día que los bolivianos habían fijado para el remate de la empresa y fecha establecida para la ocupación por parte de las tropas chilenas.
           En esa mañana  de 1879 amanecieron anclados frente al puerto de Antofagasta parte de la flota nacional: el Blanco, el Cochrane y la corbeta O'Higgins. De ellos desembarcaron los hombres que, al mando del marino y futuro presidente de Chile don Jorge Montt, tomaron bajo su control la ciudad. Entre los ocupantes de la población (más del 90% era chilena) el coronel Sotomayor, al manejo de las tropas de tierra, avanzó en correctamente hacia la plaza Colón, lugar en que con caballerosidad ordeno al prefecto boliviano Severino Zapata a deponer las armas y rendirse.
Sin otra alternativa, Zapata y sus desarmados soldados partieron rumbo a Calama.
Chile no quería ir a la guerra, pero cuando quedó al descubierto que en 1873 Bolivia había firmado con el Perú un pacto secreto que los obligaba a respaldarse mutuamente ante "toda agresión del exterior", el ministro de Relaciones Exteriores chileno declaró que "la guerra es el único camino que nos queda".
En sesión secreta del Consejo de Estado algunos de sus integrantes, dudosos de las posibilidades chilenas en el conflicto, no se demostraron partidarios de éste. Sin embargo, el 2 de abril de 1879, el Presidente Aníbal Pinto declaró la guerra a Perú.


Desarrollo
INTERVENCIÓN DEL GOBIERNO CHILENO
         Zarparon con dirección al norte las unidades de la armada chilena, Cochrane y Blanco Encalada, además la corbeta O'Higgins con un contingente militar a cargo del coronel Emilio Sotomayor, el que debía ocupar la ciudad de Antofagasta el día de la subasta, el 14 de febrero.
          Esta acción llevó a la declaración de guerra por parte de Bolivia a Chile . Perú hizo lo propio en virtud del tratado de 1873. Chile respondió declarando la guerra a ambos países el 5 de abril de 1879.
  LOS INICIOS DE LA GUERRA: LA ORGANIZACIÓN DE LAS TROPAS
          Una vez declarada la guerra, el presidente Aníbal Pinto , designó al general Justo Arteaga como Jefe del Ejército de Operaciones del Norte, en abril de 1879, oficial que tenía vasta experiencia y gran ascendiente en el ejército. Sus subalternos
inmediatos eran los generales Erasmo Escala y Manuel Baquedano . En ese momento Chile  contaba con cuatro regimientos de infantería, un regimiento de artillería, dos de caballería y un batallón de zapadores, una fuerza operativa total de 2.595 soldados.
LA CAMPAÑA MARÍTIMA (1879)
         Desde el comienzo hubo serias diferencias entre el gabinete del ministro Belisario Prats y el propio presidente Pinto , quien se inclinaba por una solución pacífica al conflicto. El Ministro tenía el plan de atacar directamente al Callao, pero Juan Williams , comandante de la Escuadra, quería bloquear Iquique, zona de abastecimiento de los aliados, este plan consistía en que le privaran de recursos a Perú y con esto obligar a su escuadra a batirse en alta mar. Con dicha acción comenzó la campaña marítima. El bloqueo se hizo efectivo desde comienzos de mayo. Cave destacar que el ministerio Prats hubo de renunciar, siendo reemplazado por el que encabezó Antonio Varas. Las naves que debían hacerlo cumplir eran las más antiguas de la armada chilena: la Esmeralda y la Covadonga.
         EL CONBATE NAVAL DE IQUIQUE
Un gran espíritu de patriotismo había Chile. Con entusiasmo y valentía, miles de jóvenes se dispusieron a defender los intereses de la patria: "Vencedores nosotros en el mar, el campo de batalla será el Perú", estas fueron las palabras del presidente Pinto... y así sucedió.
La escuadra chilena que se componía de los barcos blindados Cochrane y Blanco más unos cuantos buques de madera, viejos y lentos, entre los cuales estaban La Esmeralda y La Cobardona y estaban muy debilitados en comparación al enemigo.
Perú tenía un mejor ejército humano que Chile (en cuanto a número), contaba con cuatro barcos blindados que conformaban una armada muy poderosa y  tenían un histórico predominio sobre Chile, ya que Perú heredó el virreinato.
El 21 de mayo de 1879, la Esmeralda y La Covadonga estaban frente al puerto peruano de Iquique. Cuando Arturo Prat, al mando de La Esmeralda, vio que se iban a tener que enfrentar a dos poderosos barcos peruanos. En la madrugada de ese día, en medio de una espesa niebla, el vigilante alcanzó a ver dos grandes embarcaciones que se acercaban: eran El Huáscar y La Independencia.
La Esmeralda recibió los bombardeos del Huáscar, ya que estaba imposibilitada de moverse por tener malas sus calderas. Cuando ya no quedaba nada más que hacer, Arturo Prat, junto al sargento Aldea y un marinero anónimo saltaron al encuentro del buque enemigo. En su valiente tarea le siguieron el teniente Serrano y varios tripulantes que entregaron su vida por el honor de la patria. Al poco rato, la embarcación Esmeralda se hundió. Eran las 12:10 cuando los botes del Huáscar recogían a los 50 sobrevivientes.
Mientras tanto, Condell, al mando de La Covadonga, se escapaba de la persecución de La Independencia cuando, a la altura de Punta Gruesa, el barco peruano se estrelló contra una roca que la dejó con la parte inferior hecha pedazos. La doble batalla de Iquique terminó dejando a La Independencia, que era una barco clave de la armada peruana, fuera de la batalla. Y el deseo de los chilenos era ganar o morir.
A los pocos meses, la trampa hecha para capturar al Huáscar tuvo éxito: en Punta Angamos se estrelló contra una barrera y tras un desesperado combate en el que murió el almirante peruano Miguel Grau, el barco tuvo que rendirse. De este modo, la ruta hacia el Perú quedaba despejada.
"¡Muchachos: la contienda es desigual! Nunca nuestra bandera se ha arriado ante el enemigo, espero pues que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Mientras yo esté vivo, esa bandera
flameará en su lugar, y os aseguro que si muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber.
¡Viva Chile!":
      Era el 21 de mayo de 1879, cuando el capitán don Arturo Prat, al mando de la "Esmeralda" y luego de pronunciar esas valientes palabras, dirigiría la batalla hasta dejar su vida en el mar, pero a Chile con la frente en alto: comenzaba la Guerra del Pacífico.
         EL FIN DE LA ESMERALDA
Grau  espoloneó nuevamente. Ahora saltó al abordaje el teniente Ignacio Serrano con algunos hombres, pero fue abatido igual que su comandante. Los cañones peruanos proferían mortales heridas al débil casco de la corbeta. Un tercer espolonazo mandó a pique a la vieja mancarrona desde la proa, con la bandera al tope. La Esmeralda se hundía a las 12:10 del 21 de mayo. Los sobrevivientes fueron recogidos por el Huáscar. Los cadáveres de Prat  y sus hombres fueron enterrados en Iquique y las pertenencias mandadas por Grau a su esposa en un gesto de caballerosidad sin par.
         EL COMBATE DE PUNTA GRUESA (21 DE MAYO)
         Carlos Condell , comandante de la Covadonga se había alejado de la Esmeralda con el fin de buscar aguas propicias. Se desplazó al sur bordeando la costa. La Independencia, al mando del comandante Juan Guillermo Moore, intentó cazarla, pero su mayor calado no le permitió acercarse mucho. Además, la puntería de sus artilleros era deficiente. En esta carrera, Condell pasó rozando los arrecifes de la costa. Moore lo siguió, encallando su nave cerca de la costa. Al percatarse de ello, el capitán chileno dio la orden de virar la Covadonga, dirigiéndose sobre la nave peruana, cañoneándola hasta que se rindió.
         EL COMBATE DE ANGAMOS; LA CAPTURA DEL HUACAR (8 DE OCTUBRE)
         Luego de muchas incursiones en la costa chilena, provocando preocupación en el alto mando naval, el Huáscar comenzó a ser perseguido sin cesar, con infructuosos resultados. Finalmente el "Cochrane " a la altura de Angamos  salió al paso del Huáscar y obligó a aceptar el combate. El primer disparo del Cochrane, a una distancia de 2.200 metros,  perforó al Huáscar a un pie de la línea de flotación y además causó numerosas víctimas. Otro disparo corto un elemento importante de la rueda de combate, dejándola casi sin gobierno, y un nuevo disparo perforó la torre de mando y estalló dentro de ella, destrozando gran parte del barco y dándole muerte al Almirante Grau. Luego llegó el Blanco al campo de batalla, de esta manera comenzaba de nuevo la persecución, hasta que el Huáscar arrió su bandera en signo del triunfo del contrario, esto sucedió a las 10:55 después de dos horas de desigualdad y glorioso combate. El perú de esta manera perdía el mejor de sus buques, y también sufría la pérdida de uno de sus más valiosos, valerosos e inteligentes marinos; Miguel Grau Seminario. Quedaban abiertas las costas peruanas a la invasión.    
  LA CAMPAÑA DE TARAPACÁ 1879:          Hasta este momento el gobierno no pensaba en anexarse Tarapacá y sólo pensaba y deseaba la posesión de esa provincia como garantía del pago de una fuerte indemnización.          Tarapacá era el centro de los recursos económicos del Perú y su dominio le daría a Chile un punto a favor en la guerra, ya que se temía, de una intervención europea. Pues cabe advertir que el interés de Perú era poner en contra de Chile a los Ingleses y de otras nacionalidades existentes en las compañías salitreras de aquella provincia. A fines de octubre, un  ejército expedicionario de 10 mil hombres de embarca en Antofagasta al mando del general Erasmo Escala, militar de la vieja escuela, formado en tiempos en que el valor decidía los combates.          PISAGUA
    
Luego de la victoria en el mar, en octubre de 1879, las tropas chilenas avanzaron sobre el territorio de Tarapacá, aun cuando no era su intención anexarla sino mantenerla como indemnización de guerra. Para ello se efectuó un desembarcó en la costa de Pisagua, una operación complicada por lo difícil del terreno. Bajo el mando del general Erasmo Escala se movilizó un contingente cercano a los diez mil hombres, el 2 de noviembre de 1879. Después de silenciar los fuertes mediante los cañoneos de los buques de guerra se produjo el desembarco bajo una fuete balacera de los aliados que se hallaban escondidos en trincheras, en las rocas de los cerros de la costa, en la maestranza del ferrocarril, en la aduana y en los rimeros de salitre. La operación, de carácter de mar y agua, fue precisa y exitosa. En poco tiempo se izaba la bandera chilena en el fuerte de Alto Hospicio.
          LA BATALLA DE DOLORES
Después de haber perdido Pisagua, el ejército peruano-boliviano, nueve mil hombres al mando del general Buendía, marchó de Iquique al puesto de Dolores, sin saber que las tropas chilenas comandadas por el coronel Emilio Sotomayor ya las habían ocupado con seis mil soldados. Se habían fortificado fuertemente en el cerro Dolores o de San Francisco, a cuyo pie había una oficina salitrera y un pozo de agua donde, finalmente, se desarrolló la batalla. Las fuerzas se encontraron el 19 de noviembre. Luego de un intercambio de artillería, al que siguió el ataque de la infantería perú-boliviana por la falda del cerro de San Francisco y el contraataque de la chilena, que lo hizo retroceder hasta el bajo en un furioso cuero a cuerpo. Los aliados abandonaron el campo sin ser perseguidos, lo que permitió salvar la mayor parte de sus tropas y proporcionar más tarde a los chilenos la derrota de Tarapacá.
  EL COMBATE DE TARAPACÁ
         Después de Dolores se avanzó hacia Iquique, a reunirse con los fugitivos en el oasis de Tarapacá por lo que Chile  quedaba en posesión de un territorio rico en recursos. El error de no cerciorarse del número del enemigo, motivó a que se enviara una división de dos mil hombres,  cabe destacar que estos hombres contaban con escaso provisiones y municiones y falta totalmente de agua, un elemento indispensable en toda operación en el desierto. El peruano Buendía había logrado juntar en Tarapacá cinco mil hombres, incluyendo los defensores de Iquique, que le aportaron abundantes municiones. El mayor chileno Jorge Wood intentó contraatacar, pero la falta de municiones y agua, además del cansancio, hizo que el éxito inicial de esta carga se desvaneciera. La llegada de Baquedano  alivió en algo la desastrosa situación. El combate fue un desastre para las armas chilenas ya que sus hombres quedaron reducidos en un 32%. En este combate murió el comandante Eleuterio Ramírez. Después del combate Buendía se retiró hacia Tacna por la falda de la cordillera y llegó con sólo 3.700 soldados. Las fuerzas chilenas fueron arrasadas. La campaña de Tarapacá dejaba en poder de Chile la rica provincia salitrera del mismo nombre, cuyas entradas sirvieron para financiar la guerra.
LA CAMPAÑA DE TACNA (1880): PREPARATIVOS
         Para asegurar la ofensiva del mando militar después de cavilaciones que habían inmovilizado al ejército, el gobierno entendió que era necesario establecer un mando político en la ciudad de Iquique, que había sido ocupada por Latorre . Patricio Lynch  ejerció la jefatura del gobierno político con gran eficacia, comenzando por organizar los servicios locales y un municipio con cónsules, de una eficacia admirable. En lo militar, para concretar la campaña, desembarcaron en Ilo trece mil soldados, asegurando la retaguardia.LOS P LANES DEL GENERAL BAQUEDANO
         El plan de Baquedano  era detener el frente del coronel Andrés Gamarra, que se dirigía a Arequipa con dos mil hombres de  la artillería y la infantería. Pretendía hacerlo en la quebrada de Tumillaca, para cortar la retirada, y escalar con el regimiento Atacama el acantilado del norte por el camino de Guaneros. La maniobra resultó exitosa. El día 22 de marzo los soldados treparon por el escarpado y sorprendieron a los peruanos indefensos, los que retrocedieron desbandados. Los chilenos protegían de esa forma su retaguardia, inflingiéndole a sus enemigos una fuerte derrota.
          LA BATALLA DE TACNA (26 DE MAYO)
         Desde tiempo atrás se venían produciendo desacuerdos entre el general Escala y el ministro Sotomayor. El primero renunció al cargo y fue designado en su reemplazo el General Muel Baquedano. Luego de la muerte del ministro Sotomayor , poco tiempo después en el campamento de Bella Vista, suceso lamentable que iba a privar al ejército del hombre que había sido organizador de la victoria. Los aliados en número de 8.500 peruanos y 5.000 bolivianos, ocupaban el campo de la alianza, un poco más al norte de Tacna. Los mandaba el general Narciso Campero, nuevo presidente de Bolivia. Baquedano  dispuso de una fuerza total de cerca de quince mil hombres para sus acciones en el norte, que de aquellos participaron sólo 10.000 ya que el resto quedó en retaguardia. En la mañana del 26 de mayo la artillería abrió los fuegos dando inicio a la batalla de Tacna. La superioridad de la artillería chilena destrozó las líneas del ejército aliados, a lo que siguió una carga de la infantería comandada por el coronel Amengua, que se detuvo por falta de municiones. Más tarde, el coronel Pedro Lagos  atacó sorpresivamente, provocando la huida de las tropas aliancistas. Los Bolivianos que no volverían a participar en la guerra, tomaría el camino del altiplano. Los peruanos, completamente desalentados, huyeron hacia Arequipa.
         La alianza perú-boliviana quedaba desecha
EL ASALTO Y TOMA DEL MORRO DE ARICA (7 DE JUNIO DE 1880)

         Como bastión de la defensa peruana, el morro de Arica era fácil de proteger. Su acceso era complicado, ya que tiene una altura de 133 metros sobre el mar, y además estaba protegido por 2.000 hombres, al mando del coronel francisco Bolognesi. Y dominaba buena parte del plan y el puerto. La planicie del morro se fortificó previendo un ataque marítimo, único posible hasta ese momento. No obstante, la importancia del morro para las comunicaciones entre las fuerzas chilenas hacía vital su captura. Se designó al coronel Lagos . Se fabricó un puente sobre el río Lluta, para acceder más libremente al morro, y una vez cercado se pidió la rendición del general Bolognesi.
Bolognesi rechazó la petición. Con una estrategia inteligente, Lagos  hizo creer al comandante peruano que atacaría por el norte, pues una columna se desplazó hacia ese punto. Mientras el verdadero ataque se gestaba por el sur y de noche, ya que los fuegos del campamento permanecieron encendidos. El ataque fue exitoso, rápidamente destruyeron la línea defensiva y siguieron subiendo, lo mismo sucedió en las siguientes defensas del Morro, hasta que llegaron a la cima como una turba infernal, destruyendo todo lo que estuviera a su paso. El Morro era chileno luego de cincuenta y cinco minutos.
Al finalizar la campaña de Tacna, quedaba en poder de Chile toda la parte sur del Perú, hasta el río Sama.
LA CAMPAÑA DE LIMA (1881)      
   
         La organización de las fuerzas para ir en expedición contra Lima fue dirigida por el propio presidente Pinto  y José Francisco Vergara. El ejército aumentó su dotación en 42.000 hombres. Con la derrota del ejército peruano del sur, el presidente Piérola intentó reorganizar sus tropas en la defensa de la capital en una línea fortificada que cortaba todos los accesos a la ciudad por el sur y que se creía impenetrable. El número de sus fuerzas, con la ausencia de sus mejores cuadros y jefes llegaba a 26.000 soldados de línea y tenía una reserva de segunda línea de 13.000 hombres.
          LA TOMA DE CHORRILLOS (13 DE ENERO)
         El mando chileno decidió atacar de frente con 22.000 hombres y 80 cañones, a la larga línea defensiva que había tendido Piérola para proteger la capital. Con gran esfuerzo en Chorrillos, al mismo tiempo que en el morro Solar, se luchaba por tomar ese balneario. La defensa fue tenaz, pero a las 14:00 horas todo había terminado: el triunfo de los chilenos era absoluto. De los chilenos que participaron en la toma, hubo una baja de una quinta parte y entre los peruanos seis mil de los veinte mil hombres fueron muertos y heridos. Del resto, varios cientos fueron hechos prisioneros, otros se reagruparon en Miraflores y huyeron.
         Baquedano, que no era hombre de planes complicados y que tenía confianza en sus tropas, ordenó el ataque frontal a sus soldados y con esto consiguió la victoria.
          LA BATALLA DE MIRAFLORES (14 DE ENERO)
          Las acciones fueron rápidas, luego de una breve tregua. Barceló, apoyado por la artillería de la Escuadra, atacaba por el flanco derecho de los peruanos. Urriola retrocedía combatiendo. Lagos , a pesar de sus escasos hombres, apoyó eficientemente a las fuerzas de Urriola y Barceló, con lo que se aseguraba el flanco derecho. Lagos aprovechó el buen ánimo de sus soldados y lanzó un ataque contra el fuerte y la doble línea de trincheras. Barceló cayó abatido y fue reemplazado por el comandante Demófilo Fuenzalida, logrando el triunfo final de los chilenos.
LA CAMPAÑA DE LA SIERRA:
          Después de la ocupación de Lima, Cáceres y otros jefes peruanos se retiraron a las sierras, donde organizaron montoneras formadas en gran parte por indios crueles y salvajes, o por mestizos sin disciplina militar
          EL COMBATE DE SANGRA. (26 DE JUNIO DE 1882)
         Uno de los combates más heroicos de la guerra tuvo lugar en Sangra el 26 de junio, en el territorio peruano de Canta, y tuvo como protagonista a una compañía de 52 hombres del regimiento Buin a cargo del capitán José Luis Aravena. Al mediodía las fuerzas del coronel peruano Vento bajaban hasta el valle para envolver a las tropas chilenas. Un nutrido fuego de fusiles se desarrolló toda la tarde. Los chilenos fueron rodeados; un grupo salió en busca de refuerzos, mientras otro mantenía la defensa valientemente hasta que llegó la ayuda y se revirtió la situación.
          LAS BATALLAS FINALES: LA CONCEPCIÓN Y HUAMACHUCO
         Las batallas finales de la guerra fueron muy desiguales. Pequeños destacamentos en alejadas aldeas fueron atacados como fue el caso de La Concepción. Un grupo de 77 soldados chilenos al mando del capitán Ignacio Carrera Pinto  resistió hasta la muerte a una montonera de cientos de hombres, el 9 de julio de 1882. La defensa fue tenaz y sólo al día siguiente los últimos cuatro sobrevivientes fueron ultimados. La batalla final fue la de Huamachuco, exactamente un año después, en la que se derrotó definitivamente a los peruanos.


Consecuencias
         En Perú se formó con muchas dificultades el gobierno del general Miguel Iglesias bajo el amparo de las armas chilenas, con el cual se pudo celebrar un acuerdo. Este fue el tratado de Ancón, ocurrido en 1883, y con el cual se terminó la guerra y estipuló las siguientes condiciones principales:
  1. - Perú cedía a Chile, a perpetuidad, el territorio de Tarapacá.
  2. - Perú cedía a Chile, temporalmente, los territorios de Tacna y Arica. Luego, en 1929, los gobiernos de Carlos Ibañez y Augusto Leguía celebraron un tratado que adjudicó Tacna al Perú y Arica a Chile (línea de la concordia).
  3. - Se fijaron diversas disposiciones sobre la venta de un millón de toneladas de guano que había ordenado el gobierno chileno, cuyo producto líquido debía ser dividido por mitades entre Chile y las empresas extranjeras acreedoras del gobierno peruano.
       Con Bolivia se hizo un simple pacto de tregua que declaró terminada la guerra (1884).  Según este, Chile mantendría la ocupación del territorio de Antofagasta, ejerciendo plena soberanía. Además se fijaron algunas disposiciones comerciales y aduaneras.
        Luego, en 1904, se firmó el tratado definitivo en el cual Bolivia cedió  el territorio de Antofagasta y Chile se comprometió a construir un ferrocarril de Arica a La Paz, permitió el libre transito de las mercaderías bolivianas y pagar en dinero una compensación.    
    Principales consecuencias de la guerra del Pacífico
#    Chile amplió su territorio con las actuales provincias de Tarapacá y   
      Antofagasta.
#    El país quedó convertido en una potencia militar de primer orden en   
      Latinoamérica.
#    La posesión del salitre significó disfrutar de una riqueza extraordinaria.
#    El Fisco aumentó sus entradas y creció la fortuna de los círculos mineros,
      comerciales y bancarios. 
#    La población proletaria de los distritos del norte aumentó y adquirió mayor
      importancia.
#    Se acentuó la influencia del capital inglés.  
Material de apoyo
Biografías
  Teniente CORONEL MANUEL BULNES:
Nace en Santiago el 10 de Julio de 1842 hijo del gran Manuel Bulnes y Doña Enriqueta. Amplia su cultura en Europa y su regreso se incorpora la Ejercito, 1867, como Cte. de un cuerpo de caballería costeado por el mismo. Campañas de la Araucanía 1867-1874. Diputado. Crea el Escuadrón de Carabineros de Yungas. Es tomado prisionero con este cuerpo por el mismo HUASCAR, cuando se dirigía al teatro de la guerra en el norte, en el Rimac, fue posteriormente canjeado y se batió bizarramente en Tacna, Chorrillos y Miraflores. Terminada la guerra. Viaja a Europa. Es nombrado General de Brigada en 1894. Ministro de Guerra y Marina 1896, Casado con Doña Elena Calvo Cruchaga. falleció en 1899
Contralmirante JUAN WILLIAMS REBOLLEDO:
Ingresó a la Armada el 18 de mayo de 1844, como guardiamarina sin examen. Participa en la I campaña contra el Perú y Bolivia. A fines del mes de Febrero de 1879, es nombrado Comandante en Jefe de la Escuadra enarbolando su insignia en el blindado Blanco Encalada, estableciendo el boqueo del llamado litoral boliviano y más tarde del litoral peruano, bloqueando Iquique. Zarpó, con la Escuadra a su mando en dirección al Callado donde pensaba sorprender a la enemiga; como dicha misión fracasó, re impuso el bloqueo de Iquique, el 22 de Mayo es decir, un día después de verificado el Combate Naval acaecido en dicho puerto. En agosto de 1879, regresa a Valparaíso, después de haber renunciado a su cargo (por problemas de Salud) ingresando a la junta de Asistencia de la comandancia General de Marina.

Carlos Condell     (Valparaíso, 1843 – Quilpué, 1887)
          
           Fueron sus padres el marino mercante escocés Federico Condell y Manuela de la Haza, peruana.  Estudió en la escuela Naval y participó en la guerra con España (1865) y en la guerra del pacífico. Fue el héroe de Punta Gruesa (21 de mayo de 1879) y llegó al grado de almirante.
Miguel Grau Seminario (Perú, 1834- Angamos, 1879)
         Era hijo de Juan Manuel Grau, marino colombiano al servicio del Perú, y de la peruana Luisa Seminario del Castillo. Caso con Dolores Cabrero Nuñez, con sucesión.
         Excelente marino, Grau supo burlar durante meses a la escuadra chilena, capturando transportes y cañoneado los puertos del norte. Vencedor en Iquique el 21 de Mayo de 1879, dio muestras de caballerosidad y delicadeza. Encontró gloriosa muerte frente a Angamos, al mando del "Huáscar".
Arturo Prat: Un Héroe De Verdad
En los faldeos del cerro Coiquén, en las cercanías de Chillan, nació el 3 de abril de 1848 un niño frágil que ni siquiera lloró al nacer: era Arturo Prat Chacón.
Hijo de Pedro Agustín Prat Barril y María de la Luz Rosario Chacón Barrios. En 1858, debido a algunos problemas económicos de la familia, viajó a Valparaíso para vivir bajo la tutela de su tío Jacinto Chacón. Ese mismo año ingresó a la Escuela Naval.
En 1864, consiguió el grado de guardiamarina y fue asignado a la Esmeralda. Al año siguiente participó en el combate de Papudo, donde la corbeta Esmeralda capturó a la nave española Covadonga. En 1867 fue ascendido a Teniente y solicitó licencia para estudiar leyes en la Universidad de Chile. Se graduó de abogado en 1878. Tres años antes contrajo matrimonio con Carmela Carvajal Briones.
En 1878, fue enviado en una misión confidencial a Buenos Aires y Montevideo, en los momentos en que el país tenía problemas fronterizos con Argentina. Poco antes de iniciarse la Guerra del Pacífico, cuando ya contaba con el grado de Capitán de Corbeta, fue nombrado asesor naval del Ministro de Guerra don Rafael Sotomayor y juntos se embarcaron rumbo al norte en el blindado Blanco Encalada, el 2 de abril de 1879. Tres días más tarde, Chile le declaró la guerra a Perú y Bolivia. Cuando ya se encontraban en su destino, el Ministro lo envió a Santiago para organizar el aprovisionamiento de la Escuadra.
Regresó al norte en mayo de 1879, y el Almirante Williams le encomendó la misión de bloquear el puerto de Iquique, después que la escuadra zarpara rumbo a El Callao. El 21 de mayo de 1879, Prat se cubrió de gloria durante el célebre Combate Naval de Iquique, como capitán de la fragata Esmeralda y hasta hoy tanto la armada como el país entero se conmueven al recordar las palabras que pronunció a sus hombres antes de iniciar el combate:
¡Muchachos: la contienda es desigual! Nunca nuestra bandera se ha arriado ante el enemigo, espero pues que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Mientras yo esté vivo, esa bandera flameará en su lugar, y os aseguro que si muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber. ¡Viva Chile!".
Así, don Arturo Prat Chacón entregó su vida por el honor de la patria en la cubierta del buque peruano Huáscar, el que abordó con una valentía y heroísmo hasta hoy admirados.

                                  

Relato De Un Sobreviviente
"Iquique, 28 de mayo de 1879"
"Querido papá:
No sé si esta carta pueda llegar a sus manos; sin embargo, confío en ello; y deseando que Ud. esté al cabo de lo realmente sucedió el 21 del presente, trataré de hacerle una descripción del desigual combate...
"Era natural que al ver nuestra gente la inmensa superioridad del enemigo, hubiera desmayado o perdido su entusiasmo. Sin embargo, no sucedió así y al oírse el toque de corneta todo el mundo corrió a sus puestos con la sonrisa en los labios, la esperanza en el corazón y con el placer que se experimenta al defender la patria querida.
"...Vino a fortalecer el propósito de nuestros tripulantes la voz del comandante, que se expresó en estos términos":
"Muchachos: la contienda es desigual, pero ánimo y valor. Hasta el presente ningún buque chileno ha arriado jamás su bandera; espero, pues, que no sea ésta la ocasión de hacerlo. Por mi parte yo os aseguro que mientras viva tal cosa no sucederá y después que yo falte, quedan mis oficiales, que sabrán cumplir con su deber."
"Al mismo tiempo se sacó la gorra y prorrumpió en un ¡Viva Chile!...
"Sería necesario que Ud. se hubiere hallado en un caso semejante para comprender el entusiasmo que es capaz de despertar un viva a la patria, lanzado por un jefe querido en aquellos supremos instantes.
"Serían cerca de las nueve cuando..."
"Vicente Zegers F."

Guardiamarina de la Esmeralda.
("Testimonios y Recuerdos de la Guerra del Pacífico" Oscar P. de la Barra.)                    La Esmeralda
El Tratado De Ancón: Un Triunfo Chileno
A pesar de que el camino ahora estaba libre, a los chilenos les resultaría difícil internarse por el entonces departamento peruano de Tarapacá. La caleta Pisagua fue la elegida por Condell para el desembarco de las tropas. A las pocas horas de emprender la misión y pese a la tenaz resistencia ofrecida por peruanos y bolivianos, el sitio estaba en manos de los chilenos. Un par de semanas después, Dolores lucía la bandera tricolor de Chile. Peruanos y bolivianos intentaban desesperados llevar a cabo alguna estrategia, pero ya era tarde, la artillería chilena hacía categórico el triunfo para ésta nación.
Ahora, sólo faltaban las campañas de Tacna y Arica donde las fuerzas chilenas, tras subir más de 50 kilómetros por el desierto, derrotaron al enemigo. El 7 de junio, en 55 minutos, los chilenos se apoderaron del Morro de Arica. Desesperadas, las tropas bolivianas se desbandaron hacia el Altiplano y no volvieron a aparecer en la guerra.
El gobierno del presidente Pinto se consideraba satisfecho con la conquista de los territorios peruanos que comprendían las regiones de Tarapacá, Arica y Tacna y creyó que había llegado el momento de firmar la paz. Sin embargo, El general Baquedano y sus oficiales creían que, sin la toma de Lima, cualquier acuerdo sería superfluo. Entonces, con el apoyo de algunos parlamentarios y de la opinión pública en general, dieron curso a este propósito.
El ministro de guerra, José Francisco Vergara, preparó las fuerzas que entrarían a la capital peruana. En total, cerca de 23 mil soldados chilenos rompieron las defensas del gobierno peruano, en las batallas de Chorrillos y Miraflores: Lima y el Puerto de Callao presenciaron la guerra. Cuatro días después, el 18 de enero, Manuel Baquedano tomaba para el dominio chileno la capital peruana.
En Chile la alegría era completa. En Perú empleaban todas las artes de la diplomacia para rescatar algo de todo lo perdido y algunos guerrilleros intentaban resistir desde la sierra.
Finalmente, el Tratado de Ancón, firmado el 20 de octubre de 1883 puso orden en la conflictiva situación. En él, Perú cedía a Chile a perpetuidad e incondicionalmente la provincia de Tarapacá, mientras que Tacna y Arica quedaban en manos chilenas por diez años, al cabo de los cuales se haría un plebiscito, para determinar a qué país querían pertenecer.
Al año siguiente, mediante un Pacto de Tregua con Bolivia, Chile pasaría a administrar como propio el litoral boliviano hasta el río Loa. De este modo, la Guerra del Pacífico había concluido.
Conclusiones
         Sin lugar a dudas una guerra es un gran hito a la historia de un país. Chile nunca será igual después de la guerra del pacífico tanto física como
Psicológicamente. No se puede mirar una guerra de manera positiva  a pesar de que se haya logrado la victoria, la expansión y el respeto a Chile ya que en esta existió crueldad y muerte. De todas maneras se puede afirmar que la guerra fue necesaria. Quizás, luego de las malas relaciones existentes entre Chile y, Perú y Bolivia se tuvo que recurrir a la violencia para poder solucionar los problemas existentes. Esta guerra como muchas otras nos dejan mucho que aprender y que reflexionar ¿ Serán las guerras soluciones inmediatas? ¿Existirán razones para matar? No lo sabemos, aunque les aseguramos de que esta guerra esta grabada en alguna parte de estos tres jóvenes países.              

viernes, 19 de septiembre de 2014

BIOGRAFIA DE TUPAC KATARI

Biografia Tupac Katari

Tupac Katari

Tupac Katari nació el 1750. Su nombre cristiano es Julián y sus apellidos originarios Apaza Nina; en el Ayllu de Sulcavi, Jayu Jayu – Suka Suka ( Ayo Ayo – Sica Sica, La Paz – Bolivia). Es hijo legitimo de Nicolas Apaza y Marcela Nina, ambos natrales de Chuchito (Perú).Tupac Katari tenía dos hermanos Martin y Gregoria. Lamentablemente ni Marcela ni Nicolás pudieron ver cómo sus hijos crecían porque cuando Julián tenía 7 años murieron. Hacia los años 1760 un sacerdote español recogió a Julián Apaza para hacerlo su sirviente. Julián creció como un niño muy inteligente, que se daba cuenta de los maltratos y abusos espantosos que sufría el pueblo Aymara y el Quichwa. Desde muy niño comprendió con espanto que la vida de un Indígena no valía nada para el criminal español colonizador, la cultura europea era del odio, del crimen organizado, etc. en cambio la cultura indígena es todo lo contrario; es solidaria, armónica y comunitaria. Veía las injusticias que cometían los colonizadores que eran sometidos a sus hermanos, obligados a entregar la mayoría de sus productos como tributo a los invasores. Y como la mayoría no contaba con dineros eran obligados a dejar sus familias para ir a las minas y las haciendas.

En 1697 los españoles decidieron que además de la mita y del tributo en productos, iban a cobrar dinero a nuestros abuelos como ellos no tenían dinero se vieron obligados a dejar a sus familias para ir a las minas y haciendas, pero los patrones les pagaban muy poco y no alcanzaba para pagar el tributo. Entonces eran apresados y maltratados, los convertían en esclavos a ellos y a sus familias y les quitaban sus tierras. Julián Apaza creció y se dedicó al comercio de la bayeta y de la coca. Viajó por diferentes comunidades y haciendas, viendo como sus hermanos de raza eran maltratados y asesinados por los españoles, los curas católicos y los mestizos. En uno de sus viajes a su pueblo Sica Sica, conoció a Bartolina Sisa, una joven muy bella a la cual amaría toda su vida y con la cual se casó. Tuvieron 3 hijos dos varones y una mujer.En 1780, Julián oye hablar de Tomás Katari, quien inició una lucha con los Ayllus guerreros Q'aqachacas de Macha frente a los abusos de los españoles. Julián tomó contacto con Tomás Katari, y ambos compartieron sus ideas, en su honor adoptó el nombre de Katari que quiere decir valentía y peligrosidad de la serpiente. Tupak es águila y ese nombre lo usó como símbolo de fraternidad que tenis con Tupak Amaru, el héroe Quechua. La Guerra de la Confederación de Naciones Originarias había comenzado. No era un simple levantamiento. Fue una preparación larga entre líderes de la rebelión Aymaras y Quichwas.. Pese a que sólo tenían q'urawas, y hondas, derrotaron varias veces como en Laja a cientos de españoles bien armados, el asesino Segurola escribió admirado que los Aymaras tenían un espíritu y pertinacia tan horrible que podrían servir de ejemplo a la nación más valiente, pues luchaban desesperadamente pese a estar atravesados de balazos. Arrasaron Sorata, y en Achachicala hicieron una hermosa obra de ingeniería inundando a la ciudad de La Paz, los ajenos invasores. Luego sitiaron la ciudad con 10.000 hombres y mujeres. Los españoles sintieron el hambre en sus cuerpos y estaban muy cercanos a rendirse y abandonar la ciudad. Asustados los españoles compraron a los mestizos para acabar con la Guerra de Independencia Usaron la traición de algunos cobardes para que entregaran a Bartolina Sisa, la que había dirigido al ejército Aymara y vencedora de la batalla de Chuquiago donde con un pequeño ejército derrota a 400 españoles. El 2 de julio de 1781, en Laja la guerrera Sisa es traicionada y entregada a los villanos españoles que la asesinan después de hacerla sufrir, sin embargo Bartolina es valiente y orgullosa hasta su fin. Muere a los 26 años. Esto significó una gran pena para Katari. Mientras tanto, los españoles compraron a 7000 cochabambinos y argentinos para luchar contra los libertarios, quienes borrachos y ansiosos de robar cuanto vieran a su paso, fueron recibidos jubilosamente por los españoles y mestizos en La Paz.
Los mismos españoles relatan que eran una vergüenza por ladrones, cobardes, borrachos e indisciplinados. Traicionado por el despreciable Tomás Inkalipe. Es capturado el 14 de noviembre en la localidad de Chinchaya y el 15 de Noviembre de 1781 es descuartizados en forma horrible por cuatro caballos de carrera, antes de morir nos deja su predicción que hoy se va cumpliendo:

"Naya saparukiw jiwyapxitaxa nayxarusti, waranqa, waranqanakaw tukutaw kut'anipxani..."

“Solamente a mi me matan… Volveré y seré millones”.

Después del demembramiento horrible de Tupac Katari, los españoles, criollos y mestizos expusieron las partes de su cuerpo en seis lugares: la cabeza en la Plaza Mayor de La Paz y después a su cuartel Killi Killi.
El Tronco y el corazón en la Ceja de El Alto (hoy llamado Corazón de Jesús).
La mano derecha en Jach’a Q’achi (Achacachi), la mano Izquerda en Jayu Jayu (Ayo ayo), en Kakiawiri (Caquiaviri) la pierna izquierda y la derecha en Ch’ulu Umaña (Chulumani).
Después de 10 meses, sus piezas son recogidas y quemadas, luego las cenizas fuero arrojadas a los cuatro vientos.

LAS 36 ETNIAS DE BOLIVIA

LAS  36 ETNIAS DE BOLIVIA


Nada identifica mejor al país que su diversidad. Y para el antropólogo Wigberto Rivero Pinto, dicha diversidad se constituye en el mayor tesoro de Bolivia. Afrobolivianos, blancos, mestizos e indígenas le ponen sazón al variopinto mosaico de manifestaciones culturales que coexisten a lo largo del país.

“Nuestra diversidad expresa riqueza. Por ejemplo, cada uno de los pueblos indígenas que habitan el territorio nacional es depositario de un conjunto de valores que se manifiestan en formas propias de ver el mundo; la naturaleza de organizarse, de generar arte, de producir, de vivir y sentir”, expresa Rivero, quien por años estudió a las distintas etnias del país. Los datos de ese sesudo trabajo, sumado a los resultados del Censo de Población y Vivienda 2001, publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), son la base de esta nota periodística que intenta dar luces sobre 34 de los 36 grupos originarios oficialmente reconocidos. A esta lista se debe agregar a los nahua —de los cuales no existen datos documentados, sólo la palabra oral que los sitúa en Pando— y a los afrobolivianos, que aún no han sido reconocidos en los censos del INE, tal y como se quejaron sus representantes ante los miembros de la Asamblea Constituyente.

Con todo, Rivero, quien fue ministro de Asuntos Campesinos, resalta que en el contexto sudamericano Bolivia atesora el mayor porcentaje de indígenas, con el 64 por ciento del total de la población. Le sigue Perú con el 59 por ciento. “Brasil cuenta con 220 etnias —la mayor de la región—, pero éstas representan el 1 por ciento de la población de ese país”.

A pesar de esa riqueza, los grupos originarios están perdiendo las costumbres de sus antepasados, debido a la falta de una política estatal que les dé las herramientas necesarias para su sobrevivencia, se queja Rivero.

1.- Araona

Baba bizo (dios bueno) es una de las tantas deidades de los araonas. En el siglo XIX, este grupo dominó la mayoría de los ríos amazónicos. Luego, durante el auge de la goma, esta etnia sirvió de guía a los industriales que explotaron el preciado caucho. Paradójicamente, los empresarios los expulsaron de sus tierras y los esclavizaron. Los indígenas que lograron escapar vivieron como nómadas hasta mediados del siglo XX. En la actualidad, unos 100 araonas viven en la provincia Iturralde (La Paz). 

2.- Aymara

El departamento de La Paz es el bastión de los aymaras. Sin embargo, Oruro y Potosí también son el hogar de los más de 1.200.000 indígenas andinos. El dominio de los aymaras o collas se inició tras la caída de Tiwanaku (XII) y se fortaleció con la unión de varios pueblos circundantes del lago Titicaca. Luego de varios años de intentos frustrados, los incas los dominaron. Sin embargo, este pueblo mantuvo intactas su lengua y su cultura. La religión aymara está íntimamente relacionada con la actividad agrícola.  

3.- Ayoreo

La provincia Germán Busch acoge a la mayoría de los 800 ayoreos que viven en Santa Cruz. El primer contacto de esta etnia con los españoles fue en 1537. Sin embargo, los originarios se resistieron por décadas a formar parte de las misiones católicas. Su vida nómada terminó con la fundación de la primera misión, en el siglo XVIII. Las crónicas señalan que consideraban a las aves como divinidades. Además, tenían conocimiento del sistema cósmico. Su familia lingüística es el zamuco. 

4.- Baure

Hasta 16.000 baures habitaban en el siglo XVIII la actual provincia Iténez (Beni). Guardianes de la lengua arawak, ahora no pasan los 500. Fue el padre Cipriano Barace quien los contactó alrededor de 1690. Los religiosos introdujeron el ganado vacuno, desconocido en la zona, y les enseñaron música y escritura. Sin embargo, tras la expulsión de los jesuitas, la mayoría abandonó las reducciones católicas y se internaron en los bosques. Para ellos, toda la naturaleza es sagrada.

5.- Canichana

El río Mamoré ha sido el espacio vital de los canichana, conocidos en la Colonia como aguerridos guerreros. Los menos de 300 miembros de esta etnia se hallan en el municipio de San Javier (Beni). Durante el dominio español, en sus tierras se fundieron las campanas de todas las misiones de Moxos. Así, los originarios abandonaron sus armas para conocer los secretos de la platería y del modelado de madera. Una de sus danzas típicas es el “machetero loco”, la misma que es bailada durante la Semana Santa. 

6.- Cavineño

Los departamentos de Beni y Pando albergan a los cerca de 900 cavineños. Antes de la llegada de las misiones evangelizadoras, esta etnia era animista. Sus principales deidades estaban entre los elementos de la naturaleza, en especial los que se hallan en el agua y en el monte. En el siglo XVII los cavineños sufrieron varias migraciones debido a los conflictos armados con los esse ejjas. Actualmente son recolectores de castaña. Otra de sus actividades es la producción agrícola. Su familia lingüística es el tacana.  

7.- Cayubaba

Una cruz elaborada con una astilla se constituye en el objeto más preciado por los más de 500 cayubabas que se hallan en la provincia Yacuma (Beni). “Se trata de una astilla de la Santa Cruz que trajeron los jesuitas desde Perú”, aseguran los habitantes de Exaltación de la Santa Cruz. Fue en 1704 que los misioneros iniciaron su labor evangelizadora en estas tierras. Además de la agricultura y la ganadería, los cayubabas han ganado fama en el oriente por su chivé, un derivado de la yuca. 

8.- Chácobo

Cáco fue el creador de los ríos, según los chácobo. Pano es la lengua originaria de este grupo asentado en el Beni y que hoy no supera los 300 miembros. Antes de la conquista española, esta etnia se movía en un vasto territorio entre los ríos Beni y Mamoré. Nunca fueron reducidos en las misiones, pero adoptaron elementos de la cultura occidental con el contacto con otros grupos. Sus aldeas cuentan con grandes habitaciones comunales y su alimentación está basada en la yuca y el plátano. 

9.- Chimán

La amazonia beniana es el hogar de los aproximadamente 5.000 chimanes, quienes se dedican a la pesca y a la recolección de jatata (fibra vegetal). Cuentan con un vasto conocimiento de la medicina natural y mantienen su cultura casi intacta, como su lengua, la cual gran parte la puede escribir. Una epidemia los diezmó a mediados del siglo XIX. 

10.- Chiquitano

Cuatro provincias cruceñas anidan a los más de 112.000 chiquitanos. Fue en sus tierras que se fundó Santa Cruz (la vieja) en 1550. En 1692 se fundó la primera de las misiones jesuíticas. Éstas fomentaron entre los originarios el desarrollo artístico. Tras la expulsión de los misioneros, esta etnia casi desapareció en la explotación de la goma. 

11.- Ese Ejja

Para este pueblo amazónico, el paraíso se halla en las corrientes de los ríos. Su vida nómada acabó abruptamente tras el contacto con la cultura occidental. Hoy, estos cerca de 400 indígenas pandinos habitan en Portachuelo. Allí mantienen viva su lengua, la cual está conformada por 5.000 palabras. Sus mujeres son hábiles con el tejido artesanal. 

12.- Guarasugwe

Es la etnia con menor número de miembros. Se calcula que no llegan a la decena. Habitan las provincias Ñuflo de Chávez (Santa Cruz) e Iténez (Beni) y su familia lingüística es el tupi guaraní. Los mitos de estos expertos cazadores se basan en yanerami, su mayor divinidad. Fue en el auge de la goma que estos indígenas fueron diezmados por las enfermedades.            

Guaraní
La búsqueda del ivy imaraä, la “tierra sin mal”, provocó tres corrientes migratorias de guaraníes desde el Mato Grosso hasta el país. Este grupo fue famoso por su resistencia a la conquista tanto de los incas como de los españoles. Actualmente más de 81.000 guaraníes habitan la región chaqueña de los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija. 

13.- Guarayo

Los indios guaraníes que migraron desde la costa atlántica siglos antes de la llegada de los españoles, dieron vida al grupo étnico guarayo en Bolivia. Ubicados en su mayoría en la provincia Guarayos (Santa Cruz), su población supera en la actualidad los 5.000. El Coro de Urubichá, que interpreta música sacra, es una muestra de la riqueza artística que atesora este pueblo oriental. Además, los guarayos destacan por su elaboración de retablos, cofres y joyeros hechos de distintas maderas. 

14.- Itonama

En total estado de desnudez. Así encontró en 1704 el padre Lorenzo Legarda a los miembros de esta etnia, en la actualidad asentados en las provincias Iténez y Mamoré (Beni). Sus casi 1.500 representantes aún se destacan por ser tejedores y constructores de embarcaciones. En 1800 superaban los 8.000 miembros, pero las enfermedades que trajeron los caucheros los devastó. En 1887, de los itonama emergió el líder Andrés Guayocho, quien inició una rebelión en todo Moxos contra los explotadores. 

15.- Joaquiniano

Las aguas del río Mamoré, en el Beni, se constituyen en el espacio vital de los joaquinianos. El maíz, el arroz, la yuca y el plátano son los productos cosechados por los 169 miembros de este grupo. Su familia lingüística es el arawak, pero el castellano, introducido por los misioneros católicos que llegaron a sus tierras a comienzos de 1700, es el idioma predominante. Cada año, la localidad beniana de San Joaquín recibe a los miembros de esta etnia para celebrar la fiesta patronal de este pueblo oriental. 

16.- Leco

Cerca de 2.500 lecos habitan las provincias paceñas de Larecaja y Franz Tamayo. Allí, este pueblo indígena se dedica a la ganadería, la agricultura y la explotación forestal. Leco o lapa lapa es el nombre de su lengua originaria, la cual, como sucede con gran parte de indígenas del país, está cerca de desaparecer. Antes de la conquista de los españoles, este grupo tuvo una fuerte influencia aymara, la cual hoy se manifiesta en varias de sus tradiciones espirituales. El Parque Nacional Madidi es protegido por ellos. 

17.- Machineri

Además de Bolivia, los machineri se hallan en Perú y Brasil, países que se unen en el municipio de Bolpebra, en Pando, a través del intercambio de productos. Frijol, animales de monte y pescados son los productos ofertados por la veintena de indígenas que conforman este grupo amazónico. Antes de la llegada del hombre blanco a sus tierras, los machineri mantenían la tradición de contar con un cacique que, además de ser la autoridad de sus miembros, era el curandero y el chamán.

18.- Moré

Menos de 50 morés se hallan en la actualidad en las comunidades Monte Azul y Vuelta Grande del departamento del Beni. Su familia lingüística es la chapacura y su presencia en la Colonia se extendía por los ríos Machupo, Itonama y Blanco. En esta área se encontró restos de arte rupestre y cerámica que se cree fueron elaboradas por los antepasados de los moré. En los años 30, recuerdan sus ancianos, se utilizó a miembros del Ejército para forzar a los moré a ser “educados”. 

19.- Mosetén

La tierra de los mosetenes fue el paso obligado de los españoles que buscaron infructuosamente el gran Paitití. Ese territorio comprende los municipios de San Borja (Beni) y Palos Blancos (La Paz). Antes de la evangelización católica, este grupo era nómada y vivía de la caza, la pesca y la recolección. Ahora la mayoría del millar de mosetenes trabaja la tierra. 

20.- Movima

Las primeras referencias de los movimas, que viven en la provincia Yacuma y pasan de los 6.000 miembros, datan de 1621. Entonces sumaban 20.000 indígenas, abarcando la mayoría de los ríos de esta región oriental. Una de sus características es que mantienen el culto tanto a sus antepasados como a los “dueños” del monte y de los animales. 

21.- Moxeño

Son uno de los grupos indígenas de mayor número en la amazonia boliviana. Actualmente superan los 46.000 miembros y se sitúan en el departamento del Beni. Las evidencias arqueológicas halladas en el lugar demuestran que antes de la Colonia, en el siglo XVII, desarrollaron un sofisticado sistema de agricultura con terraplenes, canales y camellones. 

22.- Pacahuara

Los primeros contactos de los españoles con los pacahuara —que en la actualidad habitan Beni y Pando— no fueron pacíficos hasta 1785, cuando al fin los misioneros lograron fundar la misión de Cavinas. Las perforaciones en la nariz, donde introducen trozos de madera, es uno de los signos que los identifica aún hoy. El pano es su familia lingüística.             
 Quechua
Con más de 1.556.000 componentes, los quechuas son el pueblo indígena más numeroso del país. Tras la caída de Tiwanaku, el idioma quechua llegó a estas tierras de la mano de los incas, quienes dominaron al resto de las culturas andinas. La mayor concentración de quechuas se halla en Chuquisaca, Cochabamba, Potosí, Oruro y La Paz. 

23.- Sirionó

Las provincias benianas de Cercado e Iténez son el hogar de los más de 150 sirionós. Son guardianes de su lengua, el tupi guaraní, y muy poco se ha investigado sobre su origen. Algunos estudios, sin embargo, señalan que llegaron desde Paraguay. Una de sus características es la práctica del culto al animal cazado, como una forma de agradecimiento a la naturaleza. La caza de animales del monte, la pesca y la recolección de miel de abeja son parte de sus actividades productivas.

24.- Tapiete

Al menos una veintena de tapietes habitan la provincia Gran Chaco (Tarija), en las comunidades Samawate y Crevaux. Fue en el año 1791 que los misioneros franciscanos dieron cuenta de su presencia en esta región chaqueña. Entonces eran definidos como “bárbaros peligrosos”, ya que por décadas lucharon contra los intentos por ser doblegados por la fe de los españoles. Debido a su poca población, para no romper la prohibición del incesto, ahora buscan esposas entre los weenhayek y guaraníes. Una de las tradiciones que mantienen los tapietes es el baile de la rueda y el uso del arco y la flecha para cazar. Tienen, además, varios lugares sagrados como los cementerios de sus ancestros. Este grupo indígena, que tiene el tupi guaraní como familia lingüística, se dedica en la actualidad a la agricultura, la pesca y la recolección. 

25.- Tacana

La amazonia paceña, beniana y pandina alberga a los cerca de 4.000 miembros de la etnia tacana. Los estudios arqueológicos dan cuenta de la presencia de este grupo mucho antes de la llegada de los españoles. La invasión inca, sin embargo, destruyó la organización social tacana. Las crónicas de los franciscanos en 1680 señalan a este pueblo como pacífico y hospitalario. En la actualidad, en algunas comunidades continúan realizándose las celebraciones ancestrales en fechas agrícolas.

26.- Reyesano o Maropa

Algunos investigadores bolivianos identifican a los 2.700 indígenas reyesanos también como maropas. Ubicados en la provincia Ballivián (Beni), la historia de este pueblo está ligada con la antigua misión de Los Santos Reyes, que fue creado con el objeto de evangelizar a los grupos indígenas de los originarios del área ubicada en el río Beni y el lago Rogaguado. 

27.- Toromona

Su existencia está rodeada de mitos y leyendas. Según la tradición oral de las etnias indígenas que circundan el Parque Nacional Madidi (La Paz), los toromona, dirigidos por el cacique Tarano, resistieron las incursiones españolas durante los siglos XVI y XVII. Sin embargo, no existe documentación que brinde datos confiables sobre estos hechos. Al respecto, los ancianos araona —que habitan en el municipio paceño de Ixiamas— aseguran que esta etnia se formó tras una división entre los araonas. Un par de expediciones científicas intentaron infructuosamente hallar a los miembros de los toromonas, que se supone aún mantienen la vida nómada de sus antepasados. Así, además de las tierras del norte paceño, se cree que este grupo de originarios se mueve por el sur del departamento de Pando.

28.- Urus

La Paz y Oruro se constituyen en el reducto de los urus. Se calcula que su población supera las 2.000 personas. Los urus son considerados los primeros en habitar el altiplano boliviano. Su historia se inició hace 2.500 años, pero sus raíces están ligadas a los wankarani, una cultura anterior. A partir del siglo XVI, este grupo fue sometido por los aymaras, Ahora, sin embargo, los urus son uno de los pocos grupos indígenas que mantienen la mayoría de sus costumbres intactas, como su lengua. 

29.- Yaminahua

Fue en los primeros 50 años del siglo XX que los yaminahuas ingresaron al territorio boliviano desde la amazonia peruana. Lo hicieron huyendo de las incursiones de sectas evangélicas. Actualmente, este grupo se halla en la provincia pandina Nicolás Suárez. Los cerca de 50 miembros de esta etnia mantienen parte de sus tradiciones intactas. Una de ellas es la de venerar a la víbora sicurí como una de sus principales divinidades. Los yaminahua están divididos en evangelistas y no evangelistas. 

30.- Yuqui

La tuberculosis es la mayor amenaza de este grupo étnico que habita en la provincia Carrasco, en Cochabamba. Una treintena de sus cerca de 200 miembros sufren de esta mortal enfermedad. A pesar de ello, estos hábiles pescadores mantienen parte de sus creencias intactas, como la de creer que el ser humano cuenta con dos espíritus. 

31.- Yuracaré

Más de 1.300 yuracarés se hallan repartidos en los departamentos de Cochabamba y Beni. Este grupo indígena fue descubierto en el siglo XVI por una expedición antropológica. Sus miembros fueron utilizados como peones en la apertura de caminos. Actualmente su fuerza productiva se centra en los cítricos, el café, el zapallo, la yuca, el maní y el plátano.

32.- Weenahayek

Los municipios de Gran Chaco y Yacuiba (Tarija) albergan al millar de weenahayek, conocidos en las crónicas coloniales como matacos. Las misiones de los jesuitas salvaron a esta etnia del exterminio total en el siglo XVII. Su religión tradicional era animista y llena de ritos. La artesanía, la pesca y la recolección son ahora su medio de subsistencia. 


33.- Quechuas

Población: 2.556.277 personas (Censo 2001)
Ubicación: Chuquisaca, Cochabamba, Potosí, Oruro y La Paz
Lengua: Quechua
La organización social de las comunidades se basa en la familia, sustentada en la estructura del ayllu. Viven de la agricultura.
Quechua (de qhichwa runa, "gente de los valles, de la zona templada") es un término con el que se autodenominan varias etnias de la cordillera de los Andes, principalmente aquellas que hablan quechua, y un nombre colectivo usado para la totalidad de estas etnias. Existen etnias quechuas en Perú, Bolivia, Chile, Brasil, Argentina, Panamá y Ecuador. En Ecuador, el norte del Perú y en Argentina se usa la variante fonética Quichua (kichwa runa - las variantes quichuas norteñas no distinguen entre k y q) y - además del término kichwa - algunas etnias del Ecuador y de la selva peruana.
Unas etnias quechuas (algunas adquirieron el quechua de los Incas):
Inca
Chanca (en Huancavelica, Ayacucho y Apurímac)
Huanca (en Junín; hablaron el quechua antes de los Incas)
Cañaris (en Ecuador; fueron quechuizados por los Incas)
Grupo lingüístico: quechua.
El quechua, aunque deriva del aymará, es una lengua más evolucionada, porque durante el imperio Inca se fueron incorporando a ella nuevos términos y variaciones fonéticas (arawacas y otras). La lengua de los incas afianzó aún más su presencia en el Altiplano durante el periodo de la colonización española, ya que los españoles la utilizaron para sus relaciones con los habitantes andinos, sin diferenciarlos de su origen y por tanto, sin tener en cuenta las diferentes lenguas de estos pueblos.  

34.- Afrobolivianos

Población: 20.711 personas
Ubicación: La Paz
 Lengua: Castellano
Su organización social se basa en la familia nuclear y sus lazos de parentesco son muy fuertes. Viven de la agricultura de la yuca, del plátano, del cítrico, del arroz y cultivan la coca.
Los afrobolivianos fueron traídos del África, para trabajar en condiciones infrahumanas en las minas de plata de Potosí, soportado el frío y la altura de 4200 metros sobre el nivel del mar, situación a la que no estaban acostumbrados. Cuando la baja de la minería migraron hacia los yungas de La Paz. Llegaron a los yungas a través de 3 caminos incaicos: El Choro, Taquesi y Yunga Cruz.
En los yungas tuvieron que aprender a cultivar la hoja de coca. Los terratenientes dueños de haciendas en la zona yungueña requerían de los servicios de los ahora afrobolivianos para los trabajos de agricultura, donde también los explotaron como esclavos.
En el año 1945, el Presidente Gualberto Villarroel promulgó el Decreto Supremo Nro 319, que declara abolidos los servicios de Pongueaje y Mitanaje. En el año 1952, se eliminó el trabajo gratuito y la servidumbre. El 2 de agosto de 1953 mediante Decreto Ley N° 3464 se abolió el “pongueaje” y “mitanaje”, lo que favoreció a los afrobolivianos porque los libró de la esclavitud, también se les otorgó tierras donde viven y trabajan actualmente.
En febrero de 1992 se llevó a cabo la Primera Asamblea de Naciones Originarias y del Pueblo, en la que participaron varias direcciones de las organizaciones Originarias e Indígenas a la cabeza de la CSUTCB y la CIDOB, la misma tenía el objetivo de que las Naciones Originarias y el Pueblo cuenten con un instrumento de poder y unidad, que constituya interlocutor válido para el todo el pueblo, que recupere su territorio y sea portador de los contenidos ideológicos de: clase, nación identidad y cultura, para la construcción de un Estado Multinacional, Pluricultural, Plurilingüe, Socialista Comunitario, Democrático con dignidad, participativo, con respeto mutuo entre los pueblos originarios, clase media empobrecida, pueblos mestizos y pueblo negro. 

35.- Guaranies o Chiriguanos

Población: 75.500 personas
Ubicación: Santa Cruz, Chuquisaca y
Tarija Lengua: Tupi guaraní
La organización social se basa en la familia nuclear (padre, madre e hijos). Antes se casaban entre primos. Viven de la agricultura. La caza es tarea de hombres y las labores domesticas, de las mujeres.

La historia comienza con dos hermanos mellizos llamados Tupí y Guaraní. Estos hermanos se casaron pero sus esposas no se llevaban muy bien y peleaban todo el tiempo y no tuvieron más remedio que separarse. Cada uno comenzó un nuevo pueblo pero a pesar de pasar el tiempo siguen siendo muy parecidos en su lengua, en sus costumbres. Así cuentan los guaraníes sobre sus orígenes.
Los guaraníes se asentaban en el sur de Brasil, el este de Bolivia y Paraguay y es noreste de Argentina; cuando aún no habían llegado los conquistadores. Algunos incluso llegaron hasta cerca de la actual Buenos Aires y el Delta del Paraná. Se los llamaba chandules y otro grupo llegó hasta el Chaco boliviano denominándolos chiriguanos.
Se calcula que cuando llegaron los españoles en el siglo XVI al Paraguay eran unos 1.500.000 en total en todo el territorio.
Las relaciones con los otros grupos en algunos casos eran hostiles pero en otros pacíficas. Llegaron a dominar a muchos grupos, como es el caso de los chanés. Su lengua fue aprendida por diferentes pueblos y fue útil para usarla en el intercambio y el comercio y con el tiempo se convirtió en la lengua general conocida por las tribus del sur del Brasil, Paraguay, este de Bolivia y noreste argentino.
Debido a las migraciones se fueron instalando en lugares diferentes y así con el paso del tiempo si bien conservaron parte de sus costumbres fueron adquiriendo otras y tejiendo una historia propia. Hoy los principales grupos son los chiriguanos y los cainguá. Los chandules desaparecieron al poco tiempo de instalados los españoles. 


36.- Nahua

Población: 15 personas
Ubicación: Manuripi
Lengua: Nahua
No se sabe cuántos son, ni el área exacta donde se asientan. Es probable que los nahuas de Bolivia hayan sido exterminados. Se cuenta que vivían pintados en grupos de varias familias para defenderse de agresores.
Los nahuas son un grupo de pueblos nativos de Mesoamérica cuyos ancestros fueron los mexicas (descendientes de los aztecas) y otros pueblos antiguos de Anáhuac que tenían en común la lengua náhuatl. Actualmente el término mexicano es su autodenominación ymexicanero (en el estado de Durango). Su nexo principal era su lengua, el náhuatl o nahuat, además de grandes similitudes en su religión ycosmovisión. Son nahuas los pueblos prehispánicos de Texcoco, Tlaxcala, Chalco, Cholula, Acolhuacán y los Mexicas entre otros, destacan estos últimos por la fundación de Tenochtitlán y su influencia sobre los otros pueblos de la región y con los estados de Morelos, Michoacán eHidalgo.
En el momento de la Conquista de América por parte de la corona española, los nahuas se habían expandido a la América Central y contaban con importantes asentamientos en la vertiente del Pacífico de Nicaragua. Además, había comunidades nahuas en la boca del río San Juan, así como en la región de Bagaces (Costa Rica) y en la cuenca del Sixaola, en la región fronteriza entre Costa Rica y Panamá.
Los nahuas eran nombrados diferente según la región donde habitaban: en México se llamaron Mexicas; en Guatemala, cachiqueles; en El Salvador, pipiles; en Nicaragua, niquiranos o chorotegas y en Costa Rica, guatusos.